Colaboración con el diario ABC, sección Internacional |
A finales del 2017, el gobierno de Nicolás Maduro decidió crear una nueva moneda denominada Petro, cuyo valor estará respaldado por las reservas petroleras de la República Bolivariana de Venezuela.
El Petro será la primera criptomoneda respaldada oficialmente por un estado y su implantación supondrá un reto de enormes dimensiones, de ahí la gran atención que está suscitando su inminente lanzamiento.
Técnicamente, la ICO (Initial Coin Offering) presenta algunos inconvenientes para los inversores: ha sido parcialmente preminada, más de la mitad de la recaudación irá directamente a un fondo soberano controlado por el gobierno de Maduro, su desarrollo está bajo el control de un reducido grupo de desarrolladores (no identificados), el algoritmo de prueba de esfuerzo (PoW, Proof of Work) podría ser sustituido en un futuro por una prueba de tenencia (PoS, Proof of Stake), no hay prevista ningún tipo de limitación que impida al gobierno de Maduro poder emitir a voluntad más monedas de las inicialmente previstas, así como manipular el precio de sus propias reservas petroleras y especular abiertamente sobre el precio de su propia criptomoneda, gracias al control que puede ejercer sobre la información sobre sus reservas petroleras y el control de los Exchanges donde estará permitido intercambiar los Petros.